jueves, 14 de febrero de 2013

Los huecos de mis dedos se rellenan con los tuyos.

Mil tardes de risas, donde el mundo no existía para nadie más que para dos. Dos cafés, dos manos unidas, dos personas intercambiando conversaciones, dos bifurcaciones de una camino que jamás se volvería a unir si decidíamos marcharnos. Dos cuerpos separados por el aire, dos bocas que anhelaban fundirse en un beso que no fuera de despedida. Discusiones varias, algunas noches trasnochadas entre rayadas varias. Pero dos, al fin y al cabo dos, dos vidas que buscaban la manera de ser una. Mil miradas se cruzaban y esperaban un 'no te vayas nunca'. Una sonrisa tímida, un te quiero, un brillo de ojos que deslumbra al sol, que no se esconde con la luna.

No hay comentarios:

Publicar un comentario