lunes, 4 de marzo de 2013

Elena Lucas Méndez

Puede que este no sea el mejor momento, puede que tampoco sea el lugar, no tengo una vida corriente, ni huesos de mazapán  no me han criado entre algodones, me han enseñado que si algo quiero, tengo que luchar. He escogido un camino, quizás el más difícil  el más complicado, no me gusta compartir mis cosas, lo que siento me lo guardo, no se lo cuento a nadie, no porque no confíe  si no porque mis problemas los sufro yo, en silencio y yo misma los supero. No soy corriente, ni lo quiero ser, no es que me guste llamar la atención; si no que me gusta ser diferente. Ser la excepción, la especie en extinción...

Tú, ¿te atreves?

 ¿Me permites que te cuente un secreto?  Llorar no es malo, entristece el rostro, pero le hace bien al corazón, no es malo con una condición, por cada lágrima has de poner una sonrisa, sino esta regla no funciona. Mírate al espejo, sonríe, quiérete. Mira al que está a tu lado, no pienses que es raro sólo por ser diferente. Habla con una persona importante para tú vida al menos una vez a la semana. Sé valiente, afronta tus problemas, respira fuerte, arriésgate  corre y gana. Ten miedo, tenlo, pero no te detengas, avanza con miedo y respeto, pero no pares, continua. Pisa en tierra firme. Si necesitas una mano, mira al final de tu brazo. Si necesitas un amigo mira al cielo. Si quieres un abrazo, pon tu mano derecha sobre tu hombro izquierdo y tu mano izquierda sobre tu hombro derecho y aprieta fuerte. Pocas veces puedes contar con alguien, pero si hay alguien que realmente merezca la pena, ni se te ocurra perderlo. No confundas éxito con arrogancia. Nunca pongas un no detrás de un yo; (yo no...), sé optimista, sonríe, si te da el viento en la cara y te despeina no te preocupes, estás igual de preciosa. Nunca pienses que no lo harás. Puedes lograr todo lo que quieras, todo. Solo tienes que atreverte. Mi secreto es ese. ¿Te atreves.?

Para mi, eráis eso.

Una noche, una cualquiera, a una hora que realmente no importa, una noche cualquiera coge y sucede; no puedes dormir y te paras a pensar. Pensar. Empiezas a recorrer tu mente a lo largo, a lo ancho, de arriba, y hacia abajo. Piensas en el hoy, en el ayer, y hasta en que pasará mañana. Pasas recorriendo lentamente todos y cada uno de tus sentimientos guardados en ese pequeño órgano llamado corazón. Te encuentras en silencio, solo piensas y hasta puedes oír el fuerte bum-bum del latir de tu corazón. Examinando descubres lo que es realmente un ''te quiero'', no es un SMS, ni es una llamada, ni si quiera es una frase compuesta por dos palabras, no. Entonces también descubres lo que significa un ''adiós'' e incluso las consecuencias de un ''para siempre' y te das cuenta que en el día a día le quitamos importancia'. Te das cuenta de que la felicidad no llega al tener un buen día, al conocer a esa persona que te cambia la vida, salir y echarte unas risas o comprarte un vestido nuevo; y que normalmente las cosas son mas difíciles de lo que parecen. Sí, conseguir las cosas cuesta y son procesos duros, nada fáciles, que nunca sabes lo que es suficiente ni cuando ya es suficiente y muchas veces se tiene miedo y te paralizas cuando no deberías de haberlo hecho. Que hay mil cosas que duelen, que atraviesan, que retuercen y también hay otras mil que te hacen sonreír como una lunática, como una estúpida, pero que independientemente de eso, te hacen feliz. Que a veces nada está claro y otras lo está tanto que asusta. La felicidad, TÚ felicidad se ha ido construyendo granito a granito, con sudor, con dolor, con tiempo. Se ha ido construyendo por esas personas que ocupan gran parte de tu vida, personas que están en ese órgano que no para de latir, personas que realmente pueden decir ese ''te quiero'' sin mentir y siempre se han preocupado de que estés bien. Son personas que no te dirán adiós y que estarán para siempre. Algunas después de toda una vida y otras desde hace una semana, otras, quizás las conozcas hoy en tu portal. Personas que se dan cuenta, que tu felicidad, fácilmente se desmorona, y siempre están ahí para recoger los trocitos, que intentan que tengas siempre esa sonrisa en la boca y que tus preciosas perlas deslumbren a la luz del sol. Que cuando un día va mal, cambian del blanco y negro al color, al color más vivo que pueda existir, que te contagian su alegría, su sonrisa, que te dicen que hay nubes pero que tú, tú puedes deslumbrarte con el sol. Por las que a la mañana siguiente, te despiertas con una sonrisa en la boca, con los ojos humedecidos de emoción y piensas que vale la pena y dices "hoy me como el mundo" y eso te pasa, día a día  después de darte cuenta que ese órgano, el corazón, está latiendo fuerte porque está alegre, porque tiene fuerza, porque está vivo y muchas veces se lo debes a esas personas. Personas que un día cambiaron su nombre, sí, cambiaron de ser personas a ser amigos y que al final, todos forman parte de tu familia.Y que lo único que puedes decir es gracias, y te das cuenta, que realmente con un gracias, no es suficiente. :)